domingo, 15 de abril de 2018

Physalia physalis

 Este es el nombre por el que la comunidad científica conoce a la carabela o fragata portuguesa.
Una falsa medusa que en los últimos días ha irrumpido en la costa de El Médano.
Pese a su aparente similitud con la medusa,
se trata de un organismo gelatinoso y de tipo colonial,
que cuenta con numerosos tentáculos provistos de cápsulas urticantes que liberan un veneno mucho más tóxico
y que puede paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano con dolores muy intensos e incluso provocarle la muerte.


No se debe tocar a esta falsa medusa bajo ningún concepto, aunque parezca que está muerta en la arena.
Es normal que los pequeños se acerquen y la toquen.
Ahí está el peligro, aunque parezca que está muerta o seca, la hidratación las puede devolver a la vida y accionar su capacidad para atacar.




La carabela portuguesa es más fácil de identificar que las medusas,
ya que tiene una especie de flotador que se ve a simple vista y que además facilita también su retirada de las aguas.


La presencia de este organismo colonial suele ser más frecuente entre los meses de febrero y la primavera.
Está formada por una vela gelatinosa que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas,
mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir entre 10 y 50 metros.



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